

Para iniciar este artículo usaremos el concepto de la Clínica Mayo, uno de los centros de salud sin fines de lucro más famosos del mundo:
“La osteocondritis disecante es una enfermedad articular en la que el hueso que se encuentra debajo del cartílago de una articulación muere debido a la falta de flujo sanguíneo. Este hueso y cartílago pueden desprenderse, lo que causa dolor y posiblemente dificulta el movimiento de la articulación”.
En palabras más sencillas, es cuando un trozo de hueso y el cartílago adherido se desprenden y quedan sueltos.
¿Qué causa esta condición? A ciencia cierta, aún no lo sabemos. Un menor flujo sanguíneo en el extremo del hueso puede deberse a traumatismos reiterados o incluso a un componente genético, es decir, hereditario o desde el nacimiento.
Esta condición también puede aparecer después de una lesión repentina en una articulación o tras varios meses de actividades de alto impacto; por lo que es común en atletas jóvenes de distintas disciplinas.
En ese sentido, la única forma de prevenir la osteocondritis disecante es practicar de forma adecuada el deporte; con el equipo de protección, suficiente calentamiento y la técnica correcta. Y aplicar el descanso y la rehabilitación necesaria.
Síntomas de la osteocondritis disecante
- Dolor desencadenado por saltar, correr, escalar o practicar ciertos deportes.
- Inflamación y dolor a la palpación de la piel que se encuentra alrededor de la articulación y está sensible.
- La articulación podría hacer chasquidos o trabarse en ciertas posiciones.
- Se tiene la sensación de que la articulación se está aflojando, está débil o no puede enderezarse el miembro afectado.
Eso sí, es importante aclarar que la sintomatología dependerá de si se trata a tiempo o no, de la gravedad de la lesión, y podría cambiar según la articulación involucrada.
Características particulares de la osteocondritis disecante
- Aparece mayormente en la rodilla, pero también afecta codos y tobillos.
- Ocurre con más frecuencia en niños y adolescentes que son activos, quienes practican gimnasia, fútbol u otros deportes. Incluso, en los niños pequeños la lesión podría sanar por sí sola porque todavía están desarrollando los huesos.
- Es posible que requiera cirugía si el fragmento se afloja y queda atrapado entre las partes móviles de la articulación o si persiste el dolor.
- Aumenta el riesgo de padecer artrosis en la misma articulación en un futuro.
Diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad
Para diagnosticar esta condición se recurre a la exploración física y estudios por imágenes como la Radiografía, la Resonancia Magnética y la Tomografía Computarizada.
Por su parte, el tratamiento puede incluir una combinación conservadora de reposo absoluto y ejercicios progresivos de Fisioterapia.
A veces, será necesaria la cirugía, especialmente si, como ya mencionamos, hay un fragmento suelto en la articulación.
Si cree que usted o su hijo podría estar padeciendo de osteocondritis disecante, contáctenos de inmediato para atenderle de forma personalizada y profesional.