Una contractura muscular es, en palabras sencillas, una contracción del músculo.
Esta contractura es continuada e involuntaria, provocando que el músculo esté en constante tensión, generando dolor e inmovilización.
Precisamente, la tensión constante a la que se ve sometida el músculo en esta situación es lo que origina el dolor dependiendo de su gravedad.
Una contractura puede originar molestias suficientes como para no poder realizar actividades habituales como caminar, levantar peso, hacer deporte o trabajar en la computadora. ¡Una contractura muscular te puede robar la calidad de vida y la paz!
Síntomas de una contractura muscular
- Dolor y rigidez articular y muscular.
- Movimientos reducidos.
- Debilidad muscular.
- Uso limitado de esa parte del cuerpo.
Causas de las contracturas musculares
Las causas de las contracturas musculares son múltiples, pero suelen aparecer cuando el músculo hace una actividad inadecuada, ya sea en intensidad o en función. Por ejemplo:
- Cuando se realiza deporte sin el calentamiento adecuado (en frío), porque nuestro cuerpo no está preparado para ese nivel de esfuerzo. De ahí que sea una de las lesiones deportivas más comunes.
- Cuando nos sobre esforzamos al hacer deporte o ejercicio.
- Si mantenemos un nivel de actividad física intenso por un período prolongado de tiempo sin el descanso adecuado.
- Cuando adoptamos una mala postura de forma continuada.
- Cuando experimentamos mucho estrés.
- Cuando estamos deshidratados.
- Por la falta de componentes como el magnesio.
- Debido a la pérdida de elasticidad con el paso de los años.
Tipos de contractura muscular
Las contracturas musculares se pueden diferenciar en función de su origen.
- Durante un esfuerzo: la contractura sucede cuando se está realizando algún ejercicio físico. Se puede presentar dolor e inflamación en la zona afectada.
- Posterior a un esfuerzo: una vez que el músculo ha sufrido la contracción, no consigue regresar a su estado de reposo. Por ejemplo, tras terminar una actividad física especialmente intensa el cuerpo no puede relajarse.
- Residuales: Cuando experimentamos una lesión de gravedad, para proteger la zona dañada y favorecer la recuperación, la musculatura a su alrededor tiende a contraerse.
En ese sentido, es posible que, aunque la lesión principal se cure, la contractura se mantenga en los músculos que la rodean.
Precisamente para prevenir contracturas musculares, ya hemos hablado en este blog sobre la importancia del calentamiento, la hidratación, utilizar equipo especializado para cada deporte, las posturas correctas, el descanso y los masajes.
No obstante, si ya existe la contractura es importante recibir atención médica especializada comenzando por pruebas diagnósticas como radiografías, técnicas de fisioterapia y tratamientos ortopédicos. Además, es importante asegurarse de que no sea una dolencia más grave en lugar de una contractura.
Contáctenos de inmediato si tiene síntomas como los aquí mencionados, le atenderemos de forma profesional y atenta.