La rodilla es una articulación muy compleja, formada por una serie de huesos sostenidos por fibras y cartílagos sensibles, meniscos, bolsas, ligamentos, músculos y tendones. Es muy susceptible a lesiones por causa del envejecimiento, caídas y prácticas deportivas.
Entre las lesiones más frecuentes se encuentran:
- Las lesiones de menisco
- Las lesiones del ligamento cruzado anterior
- Las lesiones de cartílago (condropatías, artrosis u osteocondritis)
Cuando una cirugía de rodilla no impone la necesidad de colocar una prótesis, abordamos el tratamiento con el método artroscópico, un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que nos permite una mejor y mayor visualización de la articulación dañada.
Mediante este procedimiento, accedemos a cualquier punto de la rodilla, para hacer una limpieza cartilaginosa y de microfacturas, para estabilizar el cartílago y aplicar plasma rico en plaquetas, con el fin de regenerar el cartílago.