Como siempre hacemos, empecemos por el principio. Todas las personas tenemos un conjunto de ligamentos ubicados en la planta del pie, que une el talón con los dedos de los pies, y tiene la forma de un arco. A eso, se le llama fascia plantar.
Si la tensión y el estrés aplicado en este arco se vuelven demasiado fuertes y frecuentes, pueden ocurrir desgarros que al ser repetitivos irritan la fascia.
Precisamente, su inflamación da lugar a la fascitis plantar, la causa más frecuente de dolor en la planta del pie, hacia la zona del talón.
No obstante, esta condición que implica la inflamación de esa banda gruesa de tejido que atraviesa la planta del pie cause un dolor lacerante, robándole calidad de vida a quienes la padecen.
Pero, ¿cuáles son sus causas?
La fascitis plantar se produce como consecuencia de traumas sobre la fascia plantar debido, por ejemplo, a:
- El golpe repetitivo de la planta del pie en actividades como bailar, correr, saltar.
- Profesiones o circunstancias en las que se requiere estar mucho tiempo de pie: enfermería, ventas… O también en las que se camina frecuentemente sobre superficies duras, como cuando se es guía turístico o se trabaja en una planta.
- Alteraciones en la forma de caminar, como meter el pie hacia dentro cuando se anda.
- Otra situación que aumenta el riesgo de sufrir una fascitis plantar es cuando se utiliza calzado inapropiado o defectuoso.
- Por tener un pie plano.
- Por tener un pie cavo.
- Y por la obesidad y el sobrepeso.
De hecho, esta condición afecta más a personas adultas, aunque también puede aparecer en personas jóvenes que son corredores o en gente dedicada a la danza y el ballet.
Además, es importante aclarar que puede afectar a un único pie o a ambos.
En ese sentido, el síntoma principal de la fascitis plantar es, como ya mencionamos, el dolor, que suele aparecer desde que se dan los primeros pasos durante la mañana. Y se empeora si se camina descalzo o se suben escaleras.
¿Cómo se diagnostica la fascitis plantar?
Con apoyo de la tecnología, gracias a radiografías y ecografías. Aunque la mejor manera es a través de una Resonancia Magnética Nuclear (RMN), que produce fotografías detalladas de las estructuras internas del pie.
Finalmente, tras el diagnóstico, se requiere de soluciones ortopédicas y la asesoría de un especialista, como la utilización de plantillas, de férulas nocturnas, y algunos tratamientos con ondas de choque, corticoids o botox. No obstante, estos tratamientos no quirúrgicos podrían tardar de 6 a 12 meses en aliviar por completo el dolor en el talón.
Por eso, a veces será necesaria la cirugía (abierta o endoscópica) para cortar parte del ligamento de la fascia plantar y liberar así la tensión y aliviar la hinchazón.
Si últimamente está sufriendo de mucho dolor en la planta del pie o en el talón, contáctenos. Somos especialistas en atender lesiones del pie de manera integral.