En Costa Rica, según el INEC, se estima que para el año 2050 la población total alcanzará 6,1 millones de habitantes, de los cuales el 41% (2,5 millones) tendrá 50 años o más y el 15% (900.000) tendrá 70 años o más. Es decir, tendremos una población cada día más propensa a sufrir quebraduras debido a su edad.
Y es que es un hecho. Conforme avanza la edad, el riesgo de sufrir una fractura ósea aumenta de manera significativa. Y, con la vejez, suele aparecer la osteoporosis o pérdida de densidad ósea, una enfermedad esquelética que aumenta la fragilidad del cuerpo humano.
Por eso, si una persona adulta mayor se cae o se golpea es muy probable que sufra fracturas. Estadísticamente, las fracturas más comunes en esta población ocurren en la cadera, vertebras, pies y tobillo.
¿Cómo se trata una fractura de tobillo?
Este tipo de lesión puede aparecer por un simple paso en falso o un traumatismo más profundo y directo como un accidente de tránsito, pero, como ya hemos mencionado, una fractura de tobillo en adultos mayores puede ser resultado de una caída o golpe.
Esas fracturas pueden ser parciales (fisuras) o completas (cuando el hueso se rompe en dos partes). Además, puede producirse en uno o ambos lados del tobillo o en donde existía ya un ligamento desgarrado.
Diagnóstico
La gravedad de una fractura de tobillo en un adulto mayor varía de acuerdo con el lugar exacto y el tamaño de la fisura o rotura del hueso, llegando incluso a perforar la piel.
Dependiendo, precisamente, de esa gravedad, el médico valorará si se requiere cirugía para implantar placas, varillas o tornillos, en caso de que, según criterio médico, los huesos no puedan sanar apropiadamente sin cirugía.
Para el correcto diagnóstico de una quebradura, en Orthopedik nos apoyamos en tecnología de punta y especializada como rayos X, tomografía computarizada e imágenes por resonancia magnética (IRM).
Cirugía (o no) y período de inmovilización
La cirugía también ayuda con el objetivo de mantener la posición adecuada durante la curación y recuperación del paciente, considerando que es necesario un período de inmovilización para prevenir complicaciones como la consolidación defectuosa del tobillo, y garantizando así una recuperación más rápida y confiable.
Durante esta etapa, los pacientes suelen experimentan dolor, rigidez, debilidad y tumefacción en el área de tobillo, por lo que se ven inhibidos de participar en actividades.
Por eso, en Orthopedik también recomendamos que, dependiendo del caso, la persona adulta mayor que sufrió la quebradura reciba apoyo de su familia e incluso atención profesional para que no se deprima ni se aísle por su condición física.
En resumen, posterior al tratamiento (quirúrgico o no), se puede recurrir a diferentes tipos de inmovilización que permitan el inicio temprano de cierta actividad física. Finalmente, es posible que su médico le recomiende, como parte de la rehabilitación, el uso de fisioterapia o de terapias manuales después del periodo de inmovilización.
Contáctenos, háganos su consulta o solicite una cita. Estamos comprometidos a brindar excelencia en el manejo de lesiones músculo esqueléticas y le ayudaremos a recuperar su movilidad y calidad de vida.