¿Cuándo se levanta por la mañana y empieza a caminar le duele el talón de forma punzante? ¿Después durante el día y con la actividad el dolor disminuye, pero vuelve a aparecer si está de pie mucho rato o al ponerse de pie tras estar sentado?
Esos podrían ser síntomas claros de fascitis plantar, la inflamación de una banda gruesa de tejido que atraviesa la planta del pie (fascia plantar).
Si usted está empezando a sufrir alguna dolencia en el pie que podría desencadenar la fascitis plantar, aquí le compartimos algunas recomendaciones para prevenirlo:
- Escoja zapatos con buen apoyo y evite los tacones. Tampoco camine descalzo.
- Mantenga un peso saludable. El peso extra aumenta la tensión sobre la fascia plantar.
- No use zapatos deportivos desgastados que no le brinden soporte.
- Valore hacer solamente deporte de bajo impacto.
- Aplique una bolsa de hielo cubierta de tela sobre el área de dolor durante 15 minutos tres al día para reducir la inflamación y el dolor.
¿A quiénes suele afectar esta dolencia?
La fascitis plantar impacta la vida de muchas personas que hacen ejercicio de manera fuerte, como los corredores, bailarines de ballet o danza aeróbica.
También es común en personas con sobrepeso, por ejemplo. Y con edades entre los 40 y 60 años.
Además, hay personas que, por naturaleza, tienen ciertas condiciones (como los pies planos, un arco alto o un patrón irregular de caminar) que promueven la fascitis plantar al afectar la forma en que se distribuye el peso sobre el pie.
Finalmente, hay ocupaciones o trabajos que exigen pasar muchas horas de pie, lo que puede dañar la fascia plantar. Este tipo de personas deben prestar una mayor atención a posibles síntomas.
Si ya presenta los síntomas de una fascitis plantar, ¿a qué especialista acudir?
Evidentemente la mejor solución es ser atendido profesionalmente. La fascitis plantar se diagnostica con base en los antecedentes médicos y el examen físico, aunque el médico puede sugerir la realización de una radiografía o una resonancia magnética para mayor claridad y asegurarse que no es una fractura u otra condición.
Ahora bien, el tratamiento depende de la gravedad de la lesión y podría limitarse a métodos conservadores (como reposo, aplicación de hielo en el área dolorosa y estiramiento) o requerir la toma de medicamentos para aliviar el dolor.
Pero, cuando la lesión presenta signos más graves, es importante recibir un tratamiento ortopédico con órtesis, férulas nocturnas u otros dispositivos. Incluso, es posible que se requieran inyecciones o cirugía.
De hecho, la intervención quirúrgica de la fascitis plantar sirve para cortar parte del ligamento; y puede ser abierta, en la cual el cirujano hace una incisión en la zona, o puede hacerse introduciendo instrumentos a través de incisiones muy pequeñas (tipo endoscópica).
Eso sí, cada tratamiento es único, al igual que cada paciente. Su historial, sus hábitos y estilo de vida, su edad, género, peso, y otras variables influyen sobre los resultados de la atención médica. Contáctenos, y recibirá la terapia adecuada para sus necesidades.