El dedo del pie en martillo es una deformidad de los pies que suele ocurrir debido a desequilibrios en los músculos y los ligamentos que mantienen rectos los dedos de los pies.
Aunque hay varias causas, la más frecuente proviene de un golpe en la punta del dedo, que puede doblarlo e inclusive desplazar un trozo de hueso junto con el tendón.
Debido a la incapacidad para enderezarse, el dedo muestra una curvatura anormal, en medio de la articulación. Es el síntoma más frecuente, pero también es posible que el dedo duela y se muestre inflamado y amoratado, particularmente si hay una fractura asociada.
Causas y factores de riesgo
Decíamos que el traumatismo es la causa más frecuente del dedo martillo, pero hay otras causas y factores de riesgo que se deben considerar:
- El calzado: Los zapatos de tacón alto o con hormas muy angostas pueden apretar demasiado los dedos, impedir que descansen en posición horizontal y, con el tiempo, causar deformidades, como el dedo en martillo.
- Músculos desequilibrados: El equilibrio anormal de los músculos de los dedos produce inestabilidad, debido a lo cual puede causar que un dedo se contraiga.
- Edad: El riesgo de sufrir dedo en martillo aumenta con la edad.
- Longitud del dedo: Si la extensión del segundo dedo es mayor que la del dedo gordo, aumenta la posibilidad de desarrollarlo.
- Enfermedades: La artritis y la diabetes, así como ciertos factores hereditarios, pueden incidir en lesiones y deformidades en los pies.
Tratamiento
Aunque el diagnóstico es evidente, por la apariencia que toma el dedo, una radiografía permite al médico determinar si hay un trozo de hueso desplazado.
Para el tratamiento de la mayoría de las lesiones de dedo, a lo inmediato, basta con aplicar hielo y mantener el pie en alto, con los dedos apuntando hacia el techo. Pero es necesario acudir a una consulta médica una semana después de ocurrida la lesión.
Si hay presencia de sangre debajo de la uña, o ésta se desprende, es muy importante que el paciente reciba atención médica inmediata, porque podrían ser señales de laceración del tejido que sostiene la uña o de una fractura expuesta.
En escenarios más complejos, como la fragmentación ósea o una mala alineación articular, se puede optar por una operación quirúrgica. Pero haga la consulta con un médico ortopedista, es lo mejor y en Orthopedik estamos comprometidos a brindar excelencia en el manejo de lesiones músculo esqueléticas. Consulte con nosotros.