El ligamento cruzado anterior es una de las bandas de tejido que conectan el fémur (hueso del muslo) con la tibia (hueso de la espinilla). Cumple la función de estabilizar la articulación de la rodilla.
La práctica de deportes que exigen paradas repentinas o cambios de dirección y saltar y caer con los pies, como el futbol, el baloncesto y diversas actividades atléticas de pista y campo, es la causa más frecuente de los esguinces de este ligamento.
Entre los signos y síntomas de una lesión del ligamento cruzado anterior se encuentran:
- Un chasquido o la sensación de un chasquido en la rodilla.
- Un dolor muy intenso.
- Una rápida hinchazón en el área de la rodilla.
- La pérdida de amplitud de movimiento.
- Una sensación de inestabilidad y de incapacidad para levantar peso.
Puesto que la articulación de la rodilla es una compleja estructura de huesos y tendones que funcionan en conjunto, los signos o síntomas de una probable lesión del ligamento cruzado anterior demandan un diagnóstico inmediato, para aplicar el tratamiento que corresponda.
Generalmente, el diagnóstico consiste en una exploración física, que consiste en comparar la rodilla lesionada con la sana y en mover la rodilla en diversas posiciones, para determinar si hay inflamación y sensibilidad y evaluar la amplitud de movimiento y el funcionamiento de la articulación.
Pero, también es posible que se requieran pruebas, como radiografía, imágenes por resonancia magnética o ultrasonido para descartar otras causas de los signos y síntomas que presenta el paciente y, si existe lesión, determinar su gravedad.
Tratamiento indicado
Según la gravedad de la lesión, el tratamiento puede limitarse al descanso, la aplicación de hielo, el uso de vendajes y la práctica de ejercicios de rehabilitación que ayuden al paciente a reducir el dolor y la hinchazón y recuperar la fuerza y la estabilidad.
El tratamiento también puede incluir el uso de un dispositivo para estabilizar la rodilla y el uso de muletas, para evitar que la persona cargue el peso del cuerpo sobre su rodilla lesionada.
Puesto que el tratamiento conservador demanda varias semanas de terapia de rehabilitación, el deportista que quiere continuar su práctica deportiva (de común acuerdo con su médico) puede recurrir a un procedimiento quirúrgico.
La cirugía es un procedimiento admisible, cuando el deportista debe saltar o realizar giros y movimientos bruscos, cuando hay dañados más de un ligamento o el menisco de la rodilla o cuando la lesión causa que la rodilla se tuerza durante las actividades cotidianas.
En este caso, el médico retira el ligamento dañado y lo reemplaza por un segmento de tendón obtenido de otra parte de la rodilla o de un donante fallecido, mediante un procedimiento que los médicos conocemos como “injerto”.
En todo caso, se requiere un período de terapia de rehabilitación que se puede prolongar durante un año o más, antes de que el deportista vuelva a sus prácticas de forma segura.
La prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades y lesiones del sistema músculo esquelético deben ser atendidas por un traumatólogo, especialista que se encarga de tratar quirúrgica y ortopédicamente las lesiones de huesos, músculos, articulaciones y ligamentos.
En nuestra clínica Orthopedik contamos con el personal especializado y lo equipos tecnológicos más avanzados para la práctica de la cirugía del ligamento cruzado anterior.
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