El dolor de rodilla puede deberse a una lesión en un ligamento, un tendón o el cartílago, pero también puede ser causa de una infección o una enfermedad, como la artritis o la gota.
Debido al malestar, la rigidez y la dificultad de movimiento que la lesión o la enfermedad causan, el dolor repercute en la calidad de vida de la persona y en el consecuente rendimiento en el cumplimiento de sus actividades cotidianas.
Las lesiones de rodilla, que se manifiestan de acuerdo con su ubicación y en diferentes intensidades, se encuentran entre las causas más frecuentes de visita a consulta médica en Costa Rica, y pueden afectar a personas de todas las edades.
Los síntomas son la inflamación y la rigidez, el enrojecimiento y la temperatura del área afectada, la debilidad o inestabilidad del paciente, ciertos sonidos de chasquidos o crujidos e incapacidad de enderezar la rodilla completamente.
Entre las lesiones más frecuentes, se encuentran
- Esguince de rodilla: Desgarro o tirón cuando uno o varios ligamentos se estiran demasiado a causa de una torcedura o un tirón.
- Desgarro: Cuando, además de un tendón, un músculo se estira demasiado.
- Lesión de menisco: Entre otros síntomas, el rompimiento del menisco (o fibrocartílago) causa dolor al tratar torcer, girar o estirar la rodilla.
- Bursitis de rodilla: Cuando la lesión afecta unos sacos rellenos de líquido, llamados bolsas sinoviales, que cumplen la función de amortiguar la parte exterior de la articulación.
- Uso excesivo de la rodilla: Desgaste muy común entre los corredores.
- Lesiones en los ligamentos: Causante de pérdida de un dolor muy intenso, pérdida de estabilidad, inflamación y sensación de bloqueo.
- Tendinitis rotuliana: Irritación e inflamación de uno o más tendones, que son los tejidos densos y fibrosos que unen los músculos a los huesos. Frecuente en los atletas que corren, esquían, saltan o hacen ciclismo.
- Fracturas: Pueden ser causa de una caída o un accidente automovilístico y en personas afectadas por osteoporosis, pueden ocurrir simplemente por haber dado un mal paso.
Además de las lesiones, un dolor de rodilla puede originarse enfermedades como la artritis, de la cual existen más de cien tipos diferentes, entre los cuales se encuentran:
- La artrosis, caracterizada por un desgaste que aparece en el cartílago de la rodilla, por causa del uso y la edad. Es el tipo de artritis más frecuente.
- La artritis reumatoide, el tipo de artritis más debilitante, autoinmunitario, que puede afectar cualquier articulación del cuerpo, incluyendo las rodillas. Puede aparecer y desaparecer.
- La gota, causada por la acumulación de cristales de ácido úrico en una articulación.
- La seudogota, causada por la formación de cristales que contienen calcio en el líquido sinovial. Puede afectar diversas articulaciones, pero es más frecuente en la rodilla.
- La artritis séptica, debida a una infección que causa dolor, hinchazón, enrojecimiento y a veces fiebre y que puede causar un daño en el cartílago de la rodilla. Generalmente, la aparición del dolor no obedece a un traumatismo.
Diagnóstico
De previo un examen físico, el médico o fisioterapeuta pide al paciente que describa cómo se produjo la lesión, el lugar donde le duele y el tipo de dolor que siente.
Durante el examen, palpa la articulación, presionando suavemente la rótula, para determinar si hay acumulación de líquido y luego flexiona y extiende la rodilla, mientras el paciente permanece acostado o sentado, con el fin de averiguar si hay lesión en los ligamentos o los tejidos blandos.
El examen puede incluir una solicitud al paciente para que dé pasos, se agache o brinque y, si así lo considera necesario, es posible que ordene realizar un estudio de resonancia magnética, un ultrasonido o una radiografía.
Tratamiento
El tratamiento de las lesiones de rodilla depende del tipo y la gravedad de la lesión que tenga el paciente. Para tratar lesiones en los tejidos blandos de la rodilla se recurre al método “PRICE”: Protección (Protection), Reposo (Rest), Hielo (Ice), Compresión (Compression) y Elevación (Elevation).
Es posible que también deba usar muletas o una rodillera, para evitar que la rodilla afectada reciba el peso del cuerpo.
Cuando el dolor es leve o moderado, el paciente puede comprar analgésicos que, además de mitigar el dolor, reducen la inflamación y la hinchazón. Si el dolor es fuerte, el médico es quien debe recetar analgésicos más fuertes.
Como complemento, se debe desarrollar un programa gradual de ejercicios de rehabilitación, para fortalecer la rodilla y estirar los músculos.
La cirugía se requiere sólo cuando se necesita cuando el paciente tiene desgarrado el ligamento lateral externo, el ligamento lateral interno, el ligamento cruzado anterior, el tendón rotuliano o el cartílago.
También, la cirugía es aplicable cuando el paciente sigue sintiendo dolor en la rodilla o si ésta se traba debido a que el menisco está lesionado.
Contra el criterio popular y generalizado, el paciente debe abstenerse de masajear la rodilla lesionada durante los tres primeros días, después de la lesión, para evitar sangrado o más inflamación.
Además, debe evitar el calor, incluyendo baños con agua caliente o el uso de bolsa térmica, el consumo de alcohol y correr.
En ORTHOPEDIK, le podemos ayudar, somos una clínica especializada en Ortopedia, donde parte de nuestros servicios son los tratamientos de lesiones de rodilla. Contamos con tecnología de avanzada para el manejo de lesiones musculo esqueléticas.
Contáctenos y solicite su cita, estamos para servirle.