
Los huesos, en términos generales, le dan forma y estabilidad al cuerpo, haciendo que pueda moverse, y las fracturas suelen ser consecuencia de lesiones (por accidentes como caídas o golpes) o por el uso excesivo.
Lo que normalmente enfrenta un paciente cuando sufre una fractura es:
- Hinchazón
- Deformidad visible
- Mucho dolor
Más allá de la quebradura
No obstante sufrir una fractura también da pie a algunos peligros como son:
- Una lesión permanente que robe calidad de vida (como ocurre, por ejemplo, con personas adultas mayores que se quiebran la cadera o deportistas que deben abandonar su práctica).
- Afectación de los vasos sanguíneos y nervios.
- Infecciones y problemas articulares de largo plazo.
- El síndrome compartimental (aumento de la presión en un compartimento muscular), lo que puede llevar a graves daños en nervios y músculos, y problemas con el flujo sanguíneo.
Ahora bien, ¿cómo se diagnostican las fracturas?
Ante una fractura, ¿cuál es el tratamiento adecuado?
Como siempre decimos en este blog, el tratamiento dependerá del tipo y la gravedad de las fracturas porque cada caso es único.
Hay desde la opción más básica, cuasi casera, que incluye: analgésicos, reposo, compresión y elevación; pasando por maniobras para colocar en su posición normal las piezas de hueso dañadas o bien la inmovilización con un yeso o una férula. Pero a veces será absolutamente necesaria la cirugía.
Eso sí, la mayoría de las fracturas cicatrizan bien, pero el tiempo que tardan en curarse varía dependiendo de variables como la edad del paciente, el género, sus hábitos y estilo de vida; el tipo, la gravedad y ubicación de la lesión, entre otras.
Si usted sufrió una fractura, contáctenos. Le ayudaremos a recuperar su vida normal.